09 Mar 2016

Queridos hermanos cofrades: un saludo muy cordial para cuantos formáis parte de las Cofradías de Medina de Rioseco. Sabéis que guardo un grato recuerdo de cuantas veces vivimos en la Ciudad de los Almirantes algún momento de la Semana Santa, que nos trae siempre la conmemoración de la pasión y muerte del Señor, nuestro Bien, en la celebración del Misterio Pascual. Espero que mis palabras os ayuden a ahondar en el misterio cristiano de estos días tan especiales.
«Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre». Así comienza la Bula por la que el Papa Francisco convoca a toda
la Iglesia a vivir el Año Santo de la Misericordia. Recordad que, con la apertura de la Puerta Santa en el tiempo litúrgico de Adviento, iniciamos entonces en todas la Diócesis este Año de gracia que nos está permitiendo conocer y gustar el amor de Dios, su perdón y su condescendencia para con los humildes y pecadores, para con todos aquellos que nos sentimos necesitados de su misericordia.

Os envío un saludo afectuoso y cordial a todos vosotros miembros de las hermandades y cofradías de vuestra localidad, a todas vuestras familias y vuestros mayores, animándoos encarecidamente a que aprovechéis este Año Santo  especialmente durante la Cuaresma, tiempo propicio para la penitencia, uniéndoos a través de los actos litúrgicos entorno a las imágenes de vuestros titulares.

El Papa Francisco nos ha hablado con palabras que llegan directamente al corazón. Él dice que «la misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona » (n. 3). En efecto, con el Año Santo se nos ha abierto la Puerta de la Misericordia para que experimentemos y gustemos el tierno amor divino que nos acoge, nos perdona y abre un amplio horizonte a la esperanza (ibidem).

Cruzar la Puerta Santa, la Puerta de la Misericordia, supone un acto de comunión con la Iglesia universal y con la Iglesia particular que pergrina en Toledo. Supone ser conscientes de nuestra propia historia de salvación (cfr. n. 7); percibir el
amor de la Santísima Trinidad visible y tangible en la vida de Jesús especialmente en su Pasión, Muerte y Resurrección
(cfr. n. 8). El Papa afirma que «la credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo», por lo que «ha llegado de nuevo para la Iglesia el tiempo de encargarse del anuncio alegre del perdón. Es el tiempo de retornar a lo esencial para hacernos cargo de las debilidades y dificultades de nuestros hermanos.

El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza» (n. 10). ¿De qué otra forma podriáis hacer realidad estas palabras viviendo con autenticidad evangélica vuestra pertenencia a las hermandades y cofradías? ¡Vuestras celebraciones son muy oportunas para vivir este Año Santo! Los cultos cuaresmales, las celebraciones litúrgicas y las estaciones penitenciales no pueden ser actos rutinarios, fomento de tradiciones vacías de contenido. Todas las actividades formativas, caritativas y de culto en las cofradías, deben tener una única razón de ser:

Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo; vivir en propia persona lo que significa la misericordia
y el perdón de Dios, para así poder entregar también la misericordia y el perdón a nuestros hermanos más cercanos. Así pues, ruego al Señor que aprovechéis con decisión las gracias que la Iglesia ha querido darnos con la celebración del Año Santo de la Misericordia. Que las estaciones de penitencia que celebraréis durante la Semana Santa, sean causa de una auténtica conversión y vuelta a Dios, rico en misericordia.

Os envío mi saludo y mibendición.

BRAULIO RODRÍGUEZ PLAZA
Arzobispo de Toledo
Primado de España