04 Mar 2016

Repasad la historia de las más antiguas Cofradías de la Semana Santa de Medina de Rioseco, nuestra querida Ciudad. Encontraréis admirables y ejemplares capítulos sobre la práctica de la caridad y de la misericordia.

La Cofradía no es una simple asociación de personas para conseguir unos objetivos más o menos inmediatos. Es una forma de vivir en cristiano, de seguir a Jesucristo, de estar en la Iglesia, de caminar como ciudadanos de este mundo, de sentir el calor de la propia familia.

Una Hermandad no es solamente una agrupación a la que se pertenece, ni siquiera una serie de actividades religiosas en torno a unas imágenes veneradas.

La Hermandad es un espíritu, una vida, una fe, un patrimonio espiritual. Cada Hermandad, dentro de la comunión y unidad de la Iglesia, tiene su propio estilo, sus señas identificadoras. Sus más preciados títulos, que no son tanto los que aparecen en los epígrafes con los que se nombra la Cofradía, sino en la forma como viven y actúan los hermanos que componen esa Hermandad.

La religiosidad popular es una manera legítima de vivir la fe cristiana, hacerse discípulos de Cristo, siguiendo fielmente el Evangelio, en comunión con la Iglesia y con los pastores, siendo un sendero para llevar a Cristo y para caminar con él. Ser misioneros del amor y de la misericordia de Dios.

Y que en todo que se refleje una misericordia auténtica y una fraternidad verdaderamente cristiana. Las Hermandades y Cofradías son una manifestación importante de la vida de la Iglesia. Una espiritualidad, una mística, un espacio de encuentro con Jesucristo y su bendita Madre, a la que frecuentemente invocan como Madre de Misericordia.

Muchas son las Cofradías que llevan, entre sus titulares, a María, Madre de Misericordia. Las Hermandades saben muy bien que el ejercicio de la caridad y la misericordia es algo esencial e imprescindible en la constitución y vida de su Cofradía.

Donde esté presente una Hermandad, allí debe sentirse la urgencia de anunciar la misericordia de Dios. Este será el criterio de autenticidad: los hermanos cofrades son ejemplo de misericordia.

El Papa Francisco nos ha convocado a celebrar un Año Santo Jubilar sobre la misericordia. Un tiempo propicio para la Iglesia, para que sea más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes. Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón. “Misericordiosos como el Padre”, es el lema del Año Santo, y el de todas y cada una de las Hermandades y Cofradías.

Carlos Amigo Vallejo
Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla