EL PARDAL
Tradicionalmente se ha asociado el término Pardal con el del nombre del pájaro (pardal) que anuncia con su canto el inicio de la primavera. Sin embargo, pienso que más bien el Pardal debe su nombre a un apellido. Prueba de ello es ver en el Libro de Cuentas de la Quinta Angustia de qué modo la acepción del término Pardal es modificada en un mismo libro y de un año para otro; eso sí, el copista no es el mismo. Su particular ortografía deviene en que a la preposición a se le añada el artículo el.
Libro de Fábrica de Santa Cruz |
Libro de Cuentas de la Vera Cruz |
Libro de la Quinta Angustia |
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1621 |
1665 |
1687 y 1688 |
1689 |
1690 en adelante |
(…) a Pardal y sus compañeros por tocar las trompetas |
(…) a Pardal trompetero por venir a tocar la procesión |
(…) a Pardal por tocar el Viernes Santo |
(…) a el Pardal por la asistencia el Viernes Santo |
(…) a el Pardal |
Cuando se va estableciendo la gramática castellana se evita el artículo precediendo al nombre propio pero en este caso lo que ya había resultado era una figura identificativa: El Pardal. La interpelación de su nombre se identifica con el rol de músico que anuncia con un instrumento de viento metal la procesión riosecana.
El principio de heredabilidad pende de una conexión genealógica consanguínea: El Pardal es legado de padres a hijos (no tiene por qué ser el primogénito) en una especie de orden natural, legal y respetado por la comunidad riosecana, tal heredad es de carácter práctico y subyace un componente de intención cultural.
También se conoce como Pardal al instrumento, que hasta bien entrado el siglo XX se trató de un viento metal sin pistones de pequeña campana. El toque del pardal consiste en una cíclica secuencia que únicamente tiende a presentar presenta intervalos de 3ª Mayor, aunque en ocasiones tiende a ser aumentada.
Su interpretación es definida, directa, sin vacilación alguna, es una secuencia obviamente muy conocida en la comunidad riosecana. El toque tiende a ser destemplado y de elevada intensidad.
Funciones de El Pardal:
- Anuncia la hora y el lugar del “Pregón” por las distintas calles de Medina de Rioseco el sábado precedente al Domingo de Ramos.
- Acude con su popular toque a recoger a los mayordomos, ex mayordomos y hermanos portadores de los pasos tanto del Jueves Santo como del Viernes Santo; una vez reunidos todos, encabeza el “recorrido de gremios” guiando a los susodichos porteadores y representantes de las cofradías hasta el ayuntamiento primeramente, después los conducirá hacia la sede de la junta particular de la Semana Santa y, por último, hasta el templo donde habrán de escuchar una misa previa a la procesión.
- Inicia la procesión: Una vez finalizada la misa, El Pardal tañe tres toques seguidos antes del inicio de la procesión tanto del Jueves Santo como del Viernes Santo.
- Guía la procesión: El Pardal precede al primero de los pasos de Jueves y Viernes Santo. Advierte con su claro sonido la llegada de la procesión por las rúas riosecanas. La secuencia melódica de El Pardal es ejecutada esporádicamente, sin lugares concretos como cruces o esquinas.
- Por otro lado, de un modo más específico pues es únicamente para una hermandad, convoca a los cofrades de Jesús Nazareno de Santiago y la Santa Verónica tras la misa del Domingo de Ramos. La secuencia es la siguiente:
Podemos encontrar figuras semejantes a El Pardal en otras procesiones de otros lugares de España, cabe destacar El Merlú zamorano.
El Pardal, comprendido desde el prisma del cofrade riosecano, es un instrumentista que ejecuta un conjunto de sonidos que persisten del pasado en el presente donde a su vez se transmite, son parte inherente de la procesión riosecana. Su llamamiento es el mismo que escucharon los cofrades de otras épocas y el que oímos y atenderán los cofrades venideros. La llamada de El Pardal simboliza el paso del reo y/o la llegada de la procesión, sí, pero su llamada es también la evocación del sentimiento de una comunidad, la comunidad riosecana, pues percibir los sonidos de El Pardal supone sentir el advenimiento del momento más importante de la savia de Medina de Rioseco: la llegada de sus pasos y sus procesiones.